Raza relativamente joven, su crianza con estrictos criterios de selección tanto bajo el aspecto morfológico como el de los caracteres, se remonta a finales del siglo pasado. Fue un grupo de criadores de Munich que, alrededor de 1850, creó esta raza cruzando al entonces feroz Bullenbeiser alemán con el Bulldog inglés. El resultado que se obtuvo fue un perro compacto y sólido que mantuvo la característica principal del Bulldog es decir, un hocico ancho y fuerte y una mandíbula prognata donde la parte inferior sobrepasa a la superior. Prosiguiendo con la selección, se trató de eliminar algunos inconvenientes como la constitución demasiado pesada o el exceso de blanco en la librea. En efecto, los primeros ejemplares eran blancos con manchas leonadas o atigradas más o menos extensas. La primera hembra Boxer inscrita en el libro alemán de los orígenes, era casi totalmente blanca. En 1895 un primer Boxer participa en una exposición canina suscitando interés y consideración. Lo que sigue es historia reciente y bien puede decirse que pocas otras razas creadas por el hombre han tenido más éxito que el Boxer que, en menos de un siglo, se ha extendido por todos los continentes con una aceptación cada vez mayor. Hoy conjuntamente con el Dobermann, es la raza de defensa más difundida en todo mundo y tal vez los propios alemanes que lo crearon serían los primeros en asombrarse.